Cada noche me ordeno a mi misma que haré esto y lo otro.
Pero una vez más son las 3 de la mañana y mi cuerpo cae en súbito a la cama.
Son las 12 de la tarde y es cuando reacciono.
¿Por qué me será tan difícil hacer lo que quiero hacer?
El simple hecho de escribir esto, al menos, ya ha hecho que tracé algo de mi lista.
Solo espero que el día siguiente sea mejor que el anterior.
-Suspiros de Ithzela
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